The Brass Buttons

Tras el dolor llegó la esperanza. La ruptura con Driver 8 en 2004 nos impulsó a Juanlu y a Víctor a reaccionar, teniendo la pasión por un sonido como motor. Antes de formar The Brass Buttons, ya llevábamos años recorriendo salas, concursos y escenarios con otras formaciones, apareciendo en medios como los primeros Conciertos de Radio3 con Driver 8, y Juanlu, además, con Maddening Flames (proyecto que ahora reviven). Esos años templaron el camino.

Crecimos entre guitarras de raíz, melodías amplias y esa luz que siempre proyectó el sonido de la costa oeste americana. Lo nuestro era —y sigue siendo— pop-rock de raíces, pero también una manera de mirar el mundo. Siempre buscamos la honestidad más que la perfección: la música como verdad, no como truco.

The Brass Buttons llegó así, como un impulso inevitable, como la sensación de que había canciones esperando a ser escritas antes incluso de que supiéramos tocarlas. Desde el principio, supimos que no sería un proyecto más, sino nuestro hogar musical.

Por ello, decidimos incorporar a amigos que compartían la pasión por nuestra historia musical: María Palacios como cantante (quien ya había participado con coros en Driver 8), David Gómez-Calcerrada como guitarra acústica y coros, David Ponce como guitarra eléctrica (ex-miembro de The Mikeas) y Antonio Serrano a la batería. María del Mar Armario también se unió a las voces durante los primeros años, mientras preparábamos el álbum debut. En 2015, se incorporó Pedro Misas a la batería en lo que ha sido nuestra formación en quinteto estable desde entonces.

The Brass Buttons formación actual (de izquierda a derecha): Pedro Misas, David Gómez-Calcerrada, María Palacios, Juanlu González, Víctor Navarro.

Entendimos cómo respira una banda sobre el escenario, cómo cambia el aire antes de que suene el primer acorde, cómo el público nos sostiene incluso cuando creemos que no queda energía. Con The Brass Buttons, todo eso se amplificó. Vivimos giras por España, festivales diversos y una lista interminable de kilómetros que nos enseñó a afinar más que los instrumentos: aprendimos a afinar la mirada.

Tocamos en salas míticas dentro y fuera del país, incluida la legendaria The Cavern — Liverpool, un lugar donde uno siente que el tiempo tiene otra textura.

Los primeros discos de la banda marcaron una época luminosa y atrevida. Wet Behind the Ears (2008) fue la declaración de intenciones: guitarras amplias, melodías radiantes y una producción que, aun modesta, atrapaba una energía pura. Después llegó S.O.S. Songs From Outer Space (2011), un proyecto único, un CD-Cómic ilustrado por José Fragoso donde cada viñeta continuaba lo que la canción había insinuado. El universo del capitán Sidrocket y su tripulación se desplegó como una pequeña ópera pop interestelar. Y más tarde, Seven Seasons (2017), quizás nuestro trabajo más maduro: un álbum que respiraba redondo, cálido y lleno de historias en movimiento.

Formación original con David Ponce como guitarra eléctrica y Antonio Serrano como batería.

Hubo conciertos que se quedaron grabados en nuestra memoria, pero pocos tan especiales como el directo compartido con Adam Levy (The Honeydogs) en la Universidad de Cádiz. Aquel concierto, donde las canciones parecían abrirse paso solas, terminó convirtiéndose en Live at the University of Cádiz (2019).

Los años trajeron discos, rutas, estudios distintos, madrugadas interminables y encuentros inesperados con músicos increíbles. Han cambiado muchas cosas, pero seguimos sintiendo que The Brass Buttons es una historia viva. Una historia que crece con nosotros y que nos recuerda que la música no es un destino: es una manera de caminar.

Formación original con David Ponce como guitarra eléctrica y Antonio Serrano como batería.

Y así continuamos, escribiendo un capítulo más, preparando el próximo álbum: Last War Lullaby: A 10.000 Years Story (2026), nuestra relectura del universo de Adam Levy y The Honeydogs.